San Francisco fue más retador de lo que imaginé. Cuando me inscribí a este maratón, en noviembre, creí que sería buena idea conocer la ciudad corriendo sus 42 kilómetros y 195 metros, con todo y cuestas incluidas y vistas espectaculares de la bahía. Pensé que sería un gran reto y no me equivoqué. Iliana y yo, aterrizamos el viernes a medio día. Tomamos metro hasta acercarnos al hostal y de ahí, caminamos un par de cuadras, donde reconocimos las típicas calles empinadas; llegamos al hostal, donde nos encontramos con mi amiga Elina y su esposo Scott, quien sería el "porrista oficial" en este maratón. Por la noche nos alcanzaría Caro, prima de Elina, que se estrenaría en la distancia. Teníamos el tiempo super medido, comimos un wrap muy cerca del Distrito Financiero y nos fuimos en uno de los autobuses que tenían idas gratuitas hasta la expo donde recogeríamos nuestros kits. Cuando llegamos a Fort Mason , el frío comenzó a sentirse extraño, como si estuviéramos en cualqu...
26 de marzo. La Semana Santa. Hoy mi abuelo "Mololo" cumpliría 78 años si viviera, también se cumple 1 año y 2 meses que se fue a un lugar mejor, estoy segura. En menos de un mes despido mis 26 años. Esperé que llegara el 26 de marzo desde hace más de cuatro meses, cuando decidí que mi maratón número 5 sería en San Francisco. Elegí este maratón por dos razones principales: la primera, porque me emociona mucho conocer esta ciudad (en Chicago descubrí que no hay mejor forma de descubrir un lugar que haciéndolo mientras corres por sus calles) y segunda, porque no me gusta correr cuando encuentro cuestas en el camino y San Francisco amenaza con tener varias y muy pesadas, así que es el reto más grande a superar. Creo que de eso se tratan los maratones, de hacerte ver que cada que cruzas la meta de uno de ellos, eres más fuerte y valiente de lo que pensabas; los maratones están para retarnos a dar lo mejor de nosotros. A partir de hoy, me esperan dieciocho ...